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domingo, 29 de mayo de 2011

Fallo de cohesión.

Maltrecho el sentimiento,
los instantes se desgastan.
Ajados los recuerdos
de toda ilusión malgastada
es todo cuanto queda,
ceniza de lo que era.

Nada es eterno, ni siquiera los finales.

Nada es eterno, ni siquiera los finales, y por ello estamos de vuelta.

No ha sido fácil; de hecho, no está siendo fácil. Mucho esfuerzo nos va a llevar, pero volvemos a estar donde nunca debimos dejar de estar. En nuestro sitio.

Juntos, con fuerza e ilusión. Dispuestos a alzar nuestras voces, a hacernos escuchar, pero sobre todo, a escucharnos.

Hemos vuelto. ¿Quién creía que un pequeño fallo de cohesión podría con nosotros?

miércoles 13 de agosto de 2008

Trataré...


Trataré de no olvidaros nunca. De recordar todos nuestros momentos juntos como un renacer y un crecimiento. Y, todo sea dicho, una reproducción, porque hemos tenido hijos. Más nuestros que nada en este mundo, aunque yo sea padre adoptivo.

Y una muerte lenta y agónica. Quién sabe si alguien tendrá la cura para esta enfermedad, pero si nos vamos al otro barrio, que sea con un buen recuerdo, muchas sonrisas y sin duelo.

Al fin y al cabo, podemos estar tranquilos porque los finales no siempre llegan pronto.

Y nada es eterno. Ni siquiera los finales.